“Those who belong to the privileged sectors must mobilize for the rights of marginalized minorities”

En conmemoración del aniversario del nacimiento de Gandhi, medio centenar de personas de todo el mundo caminan 14.000 kilómetros para promocionar el desarrollo sostenible

Mientras el año se cerraba con el descontento popular multiplicándose por todas las latitudes del planeta y las protestas violentas se extendían desde Hong Kong a Chile y desde Francia a Argelia, medio centenar de personas seguía su marcha por la paz alrededor del mundo.

Desde el pasado octubre, el grupo de Jai Jagat (Victoria Universal, en hindi) camina los 14.000 kilómetros que separan Nueva Delhi (India) de Ginebra (Suiza) para demostrar que puede existir un futuro diferente para el planeta y que hay un camino distinto. Esta iniciativa pone el foco sobre problemas que afectan a comunidades de todo el mundo y que, aunque necesitan de políticas y acciones concretas, deben contar con apoyo universal.

La marcha está en las afueras de Nagpur, la tercera ciudad más importante del estado de Maharashtra, cuya capital es Mumbai, separadas por 800 kilómetros. Pasarán dos días allí impartiendo unos talleres para luego caminar hasta Wardha, la ciudad en el corazón de India desde donde Gandhi lideró el movimiento por la independencia. Desde allí, el grupo viaja a Armenia a principios de febrero.

“Construimos un movimiento global para erradicar la pobreza, reducir la discriminación, preservar el medio ambiente y solucionar conflictos de forma pacífica”, explica Yann Forget, coordinador francés del grupo Jai Jagat que abandera algunos de los objetivos de desarrollo sostenible suscritos por líderes mundiales hace cuatro años bajo auspicio de Naciones Unidas.

Yann Forget, coordinador francés de Jai Jagat. SHAHBAZ KHAN / JAI JAGAT

Precisamente, la sede de la ONU en Ginebra (segunda más importante de esta institución) es el destino final de esta expedición; que espera unirse a miles de personas de otros países el 2 de octubre de 2020; justo un año después de haber comenzado, el día en que se cumplía siglo y medio del nacimiento del Mahatma Gandhi. “Él defendió un sistema económico en el que se priorizase a los seres humanos y el medio ambiente. Sus soluciones y métodos siguen siendo relevantes ahora”, resume Forget.

En el año que conmemora el 150 aniversario de la llegada al mundo de Mohandas Karamchand Gandhi, su importancia sigue tan vigente como entonces. Su ahimsa (no violencia) rebeló a un continente contra siglos de opresión. La masacre colonial se enfrentó a cientos de millones de indios guiados por una incorruptible resistencia pacífica; insólita en un mundo entre guerras. Vivió con los desposeídos de la tierra, intocables, trazando un puente con la sociedad que les discriminó. Y tras el éxito de un movimiento emancipador para mujeres y hombres de toda condición, se opuso a la fragmentación de India en sus identidades religiosas. Así, cuando todos celebraban la independencia del continente, Gandhi arriesgaba su vida para controlar la violencia sectaria. Acabó su misión como la empezó: caminando descalzo entre cristales rotos arrojados por los que se oponían a un credo basado en la convivencia y la concordia entre religiones, castas y clases.

Su vida fue su mensaje; el mismo que lidera este movimiento global por la paz. “Los objetivos de desarrollo tienen la misión de que el progreso global no deje a nadie atrás, como Gandhi solía insistir en que hay que pensar en la última persona de la sociedad”, explica Rajagopal P.V, director de Ekta Parishad, organización que encabeza la actual marcha; a la que se han suscrito otro medio millar de colectivos de todo el mundo.

Esta marcha se presenta como una llamada global. Y es así como yo lo he vivido. Es un trayecto a pié para ver y aprender de otras culturas pero también es un viaje espiritual
Rajagopal lideró la marcha nacional de 25.000 personas que llevó los derechos forestales y la reforma agraria al centro del debate político en India hace una década. “Sufrimos los mismos problemas que otros países, así los visitamos para entender su situación y proponer soluciones… Era un reto por la burocracia necesaria para pasar fronteras. Pero contactamos con grupos similares y fue posible”, dice Pajagopal; desde un pueblo indio donde han hecho un alto para impartir talleres antes de viajar a Irán, el siguiente país en el que hacen escala.

Las actividades organizadas por Ekta Parishad en la marcha buscan dignificar a las comunidades locales, empoderarlas y aconsejarles para que busquen soluciones a sus problemas; como lleva haciendo desde hace dos décadas. Por ejemplo, en una sociedad como la india, donde gran parte de la población, rural, cree que la pobreza existe por una condena kármica, los talleres muestran que es reversible en tanto que es creada por el hombre. “Generar confianza, ofrecer análisis socio-político, explicar el funcionamiento de las instituciones y enseñar la no violencia”, resume Rajagopal, son los pilares sobre los que se educa a líderes locales jóvenes para que sean agentes de cambio a nivel comunitario. Una estrategia para el progreso que enseñarán en sus siguientes destinos, hasta Suiza: Armenia, Georgia, Bulgaria, Serbia, Bosnia-Herzegovina, Croacia e Italia.

“Esta marcha se presenta como una llamada global. Y es así como yo lo he vivido. Es un trayecto a pié para ver y aprender de otras culturas pero también es un viaje espiritual. Como el camino de Santiago”, explica Javier Leal, único español que hace el recorrido completo. Este médico madrileño cuenta que los valores de respeto, compasión y amor que encarnó Gandhi merecen ser pregonados hoy con más insistencia que nunca. Medio centenar más de caminantes le acompañan desde que echó a andar en Nueva Delhi el pasado octubre.

Junto a esta, marchas de Suecia, Bélgica, Francia, España e incluso Senegal se les unirán con participantes de todo el mundo; como Lorena Julio. “Necesitamos que la mayoría privilegiada se movilice en favor de las minorías vulnerables”, dice esta comunicadora social de 34 años; que se unió a la marcha en diciembre. “Allá en Argentina no hay guerras, pero sí violencia; como la de las multinacionales a los aborígenes. Es por eso que el mensaje de Gandhi sigue teniendo vigencia y es un deber reivindicar sus valores. Él dijo que el futuro depende de lo que hagamos nosotros en el presente y esta es una buena forma de contribuir a eso”.

Nota de El País disponible en: https://elpais.com/elpais/2020/01/10/planeta_futuro/1578670046_607240.html?ssm=whatsapp

*Notice: the original content linked may be mainly available in Spanish.

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